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Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística. Dalí atribuía su "amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, mi pasión por el lujo y mi amor por la moda oriental" a un autoproclamado "linaje arábigo", que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la península ibérica.
ENTREVISTAS:
- Entrevista a Salvador Dalí (completa)
- Salvador Dalí: sobre la televisión (1970)
- Salvador Dalí: entrevista estrambótica
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